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lunes, 13 de enero de 2014

Aprender a dejarlo estar

La afamada frase de Herman Hesse -Algunos pensamos que lo que nos hace más fuertes es aguantar pero otras es dejarlo estar- siempre me ha parecido una sentencia sugerente y de gran calado filosófico y psicológico.

Link que nos remite a una escena final de la serie Mentes criminales en la que se ejemplifica la frase de Hesse: https://www.youtube.com/watch?v=0VD0pK6Abvc

Filosófico, porque ese dejarlo estar nos remite a la realidad.

Psicológico, porque la frase, en su conjunto, es una bofetada conceptual a la insensata moda psicológica que no para de insistir en la importancia que tiene que cultivemos nuestros sueños para ser feli

Hagamos un sencillo análisis de la cuestión filosófica.

La vida moderna, más bien posmodernidad, en la que vivimos ha dado primacía al soñar sobre la realidad. Y, esto, de muchas maneras. Algunos ejemplos:

-En lo económico, con créditos que permitían (ya no) comprar lo soñado.
-En lo estético, permaneciendo siempre joven y sin arrugas aunque haya que pagar un alto precio.
-En la diversión, con una estrategia de publicidad que disuelve las edades apropiadas para hacer cualquier tipo de plan. Cualquier edad es buena para cualquier cosa.
-En lo moral, vaciando la responsabilidad personal en pro de una responsabilidad legal.
-En el esfuerzo, sustituyéndolo por el cansino emprendimiento como si el éxito surgiera por generación espontánea.



En definitiva, y para no alargar la cuestión, sustitutos falsos de una realidad que, tarde o temprano, se impondrá para derrumbarnos: porque el crédito se acaba, las arrugas llegarán, los años pesan, la responsabilidad moral es una realidad o el esfuerzo no es sustituible.

Finalmente, el aspecto psicológico.

Cumple tus sueños, busca en tu interior, escucha tu corazón y lindezas de este tipo conducen, como mínimo, a la frustración. Porque los sueños tiene que ser realistas, el interior no se puede entender sin lo exterior o porque en el corazón debe resonar también los demás.

Lo de cumple tus sueños es especialmente peligroso porque, desafortunadamente, nuestra juventud, por influencias y educación, esta creciendo en este clima de excitación del yo sin poner los pies en la realidad. La realidad de las propias capacidades y limitaciones.

No nos perdamos. Por ejemplo. Si no tienes visión espacial ninguna ¿cómo pretendes ser arquitecto? ¿Nadie te ha dicho, con cariño y sin ofenderte, que deberías tener otro sueño?

Hesse nos ofrece el antídoto. Uno es dueño de su vida cuando saber que hay cosas, situaciones, sueños, relaciones, que, simplemente, hay que dejarlas estar




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