Es
la moda. Hemos descubierto, de pronto, que es vital formar a niños que sean emprendedores.
Sin embargo, como no sabemos muy bien cómo son esos niños ni que significa ser emprendedor,
este mantra –formemos a niños emprendedores- puede convertirse en un nuevo fiasco
educativo.
¿Por
qué tales afirmaciones? Por dos motivos esenciales; es decir, situaciones de
partida que deben tenerse en cuenta antes de empezar con esa necesaria formación.
Primer motivo: los niños actuales son vulnerables. Segundo motivo: ser emprendedor
no significa montar una empresa ni añadir al programa educativo una asignatura de
emprendimiento. Analicemos ambas cuestiones.
Niños
vulnerables.
El
emprendimiento es sinónimo de fracaso y entender ese fracaso como un éxito. Los
americanos tienen clara esta cuestión. Eres más valorado en función del número de
fracasos que adornan tu currículum personal. Lejos estamos de esa visión. Protegemos
a los hijos y a los alumnos en demasía. Les evitamos sufrimientos y alentamos los
sueños como si eso fuera el paradigma de profesor ideal o padres ideales.
El resultado.
Niños débiles que se hunden ante la primera contrariedad. ¿Queremos formar emprendedores?
Eduquemos en la virtud de la fortaleza. Platón ya lo tenía claro. No hay que innovar
continuamente en esto de la educación.
Ser
emprendedor no es montar empresas ni inventar una asignatura de emprendimiento
Ser emprendedor
supone muchas cosas. Pero si olvidamos la primera, daremos palos al aire. Ser
emprendedor es una actitud ante la vida. Una manera de estar en el mundo que se
caracteriza por adelantar el futuro al presente.
No
es esa afirmación ni una frase bonita ni una afirmación compleja. Pondremos un ejemplo
muy sencillo. Unos niños quieren hacer un viaje de fin de curso. ¿Qué hacemos? Darles
todo tipo de facilidades. Craso error y así nos luce el pelo: formamos a comodones
y no a emprendedores.
¿Ponérselo
difícil entonces? Pues, con sentido común, claramente sí.
Apuntadas
están las ideas previas necesarias para profundizar en esta cuestión. Lógicamente,
el asunto da para mucho más.
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