La
cultura de la subvención engendra una cultura de la gratuidad. Si a esto unimos
el escaso respeto que hay hacia la propiedad intelectual en numerosos países,
es fácil concluir que el asunto de las descargas ilegales –sean películas,
música o libros- tenga difícil solución con medidas exclusivamente
restrictivas.
Internet
es un campo difícil de vallar. Puesto un impedimento –clausura de páginas Webs-
surgirán, con gran facilidad, nuevas portales que se salten esas barreras de
tráfico.
Sin
duda, este escaso respeto por la autoría intelectual es, en primer lugar, una
cuestión de orden ético o moral. Pero quisiera centrarme, al menos en este
Post, en una reflexión que pueda servir como intento de solución a ese asalto
continuo que sufren músicos, cantantes, escritores. Y, de paso, ampliar la
misma hacia el mercado laboral o algo tan dispar como puede ser la calidad de
una institución educativa; por ejemplo, una universidad.
El
Impuesto sobre el Valor Añadido, el denostado IVA de nuestra actualidad, puede
servir como ejemplo gráfico. No cabe otra que idear la manera de que las
producciones artísticas, la versatilidad de un perfil profesional o la
excelencia de una institución educativa posean un valor añadido.
Y no
me refiero, lógicamente, al aumento de precio. Pongamos un ejemplo para aclarar
la cuestión. Un libro. Muchos compradores habituales de este bien cultural se
resisten a descargarse el mismo para leerlo en un dispositivo electrónico. Y,
esto, por los motivos que sean: dificultad de adaptarse al uso de las Nuevas
Tecnologías o por el apego sensorial que supone tener un libro entre las manos,
pasar las páginas, olerlo o subrayarlo.
Para
estas personas, el libro en sí posee ya un valor añadido que va más allá del
hecho de leerlo. Por eso, lo compran. Sin embargo, para muchas eso no es así y
por eso prefieren descargárselo y gratis, claro. Esta cuestión no es fácil pero
o los escritores o las editoriales dan a un libro un valor añadido o el sector
del libro –cualquier otro- no levantará cabeza nunca.
Un
ejemplo real. Pedro J Ramírez y su última publicación El primer naufragio. Ha
dedicado su libro, de puño y letra, a cientos –seguramente miles- de personas.
¿Cómo lo ha hecho? Divulgando por Twitter su disponibilidad a dedicarlo a quien
quiera.
Profundicemos.
No sólo así ha vendido su producto. Le ha dado un valor añadido. Para muchas
personas, es un gran honor personal que Pedro J les firme su libro. Así lo
conocen, pueden charlar con él un rato, etc. Y el valor añadido, una vez puesto
en marcha, se activa hasta el infinito.
El
valor añadido promovido por Pedro J ha creado comentarios e incluso críticas
–sólo habla de su libro-consiguiendo así que su valor añadido cobre mayor
notoriedad. Interesante es, por seguir con nuestro personaje, el éxito de El
Mundo en su versión digital. La prensa o aporta valores añadidos nuevos o
perecerá también, El Mundo Orbyt es un Campus virtual que ofrece mucho más que
información.
¿Qué
pueden hacer los músicos? Un CD de un músico o grupo de calidad supone meses y
meses de trabajo. Realizado el producto, se pone a la venta. La gente se lo
descarga. Gratis, claro. Descomunal injusticia para el autor. No queda otra. O
a un CD se le da un valor añadido o nos quedaremos sin creación musical. ¿Cuál?
Asumamos esta necesidad o no será posible encontrar respuesta alguna.
Lo
mismo ocurre con el mercado laboral. Si no aportas al trabajo algo más que lo
que se supone que debes aportar –por ejemplo, un profesor universitario que da
sus clases y ya- el futuro profesional
se llenará de nubarrones.
Conozco
a prestigiosos profesores que dan sus clases y organizan debates
cinematográficos en sus universidades que llenan aulas y provocan colas para
poder entrar. Eso es valor añadido.
Colegios
que poseen proyectos de inglés consolidados, universidades punteras en
investigación, colegios mayores expertos en orientación profesional, poseen
valor añadido.
Las
ideas, esto del valor añadido es eso, una idea, pueden ser fáciles de plasmar.
Más difícil es ponerlas en práctica con solvencia. Cuando oigo hablar de
emprendedores, siempre pienso que un emprendedor será aquel que sea capaz de hacer
aterrizar esta propuesta.
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