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domingo, 1 de septiembre de 2013

La filosofía en tacitas

Shopenhauer escribió que la risa no tiene otra causa que la incongruencia repentinamente percibida entre un concepto y el objeto real que por él es pensado en algún respecto, y es sólo expresión de tal incongruencia.

Traducido a términos entendibles, podríamos afirmar que nos reímos porque nos damos cuenta, de repente, de una incongruencia entre lo que creemos que es algo y que, finalmente, no lo es. Un chiste es la mejor manera de explicar esto. Un hombre es atropellado cada cinco minutos en tal capital. Si se afirma, a continuación, que ese pobre hombre estará destrozado por tanto atropellamiento nos reímos –o sonreímos pues el chiste es malo- al captar la incongruencia.

También sobre la misma cuestión, Inmanuel Kant afirmó que la risa es la emoción que nace de la súbita transformación de una ansiosa espera en nada. Siguiendo con la traducción a expresiones comprensibles y forzando la argumentación para unir ambas tesis filosóficas, afirmaremos que nos reímos una vez captada la incongruencia y lo que hace que esa risa sea útil, por sí misma, es que se resuelve en nada, es decir, la risa tiene valor por sí misma.

Si sustituimos la risa por la reflexión, todo lo afirmado anteriormente sigue teniendo sentido pues el pensamiento, la actividad filosófica, es útil aunque, en ocasiones, no se resuelva en nada.

Que gran revolución argumentativa sobre el concepto de lo útil pues pensar que la utilidad tiene que ser siempre traducible a términos prácticos y de progreso material es una forma encubierta de empobrecernos como personas.

Hace ahora un año dediqué una Entrada a las Tacitas de filosofía, sección veraniega de La rosa de los vientos en Onda Cero Radio. Este verano, han vuelto estas Tacitas de de la mano de Jorge Sánchez-Manjavacas.
 

Unos minutos de reflexión filosófica, en las madrugadas veraniegas del fin de semana, que nos recuerdan que cuestionarnos las cosas, con sentido critico, nos hace  mejores y, por tanto, necesariamente útiles.

Es de agradecer a Martín Expósito -responsable de verano de La rosa de los vientos- esta apuesta por la filosofía –denostada en los futuros planes educativos- y a Jorge por su buen hacer ya que sus tacitas cumplen con el gran objetivo de la filosofía: recordar que lo útil es la sonrisa del que sabe mirar la realidad con ojos distintos.

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