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domingo, 29 de abril de 2012

Sugata Mitra, Vigotsky y la reforma educativa (I)

Ideemos la manera de colocar un ordenador con conexión a internet en algún remoto lugar del mundo en el que no haya conocimiento alguno de esta realidad tecnológica –ni de ordenadores ni de conexiones- y en el que la situación social de pobreza sea dramáticamente evidente.

Compliquemos más el asunto. Tengamos seguridad de que en esa zona hipotética, sus habitantes carezcan de un conocimiento absoluto del inglés. Y, rizando más el rizo, asegurémonos de que  el idioma de esos habitantes, un idioma extraño, no tiene páginas indexadas en la red de redes. Conseguido todo esto, dejemos el montaje a la vista de los niños del lugar y observemos qué ocurre.

Este supuesto no es más que el trabajo de investigación desarrollado durante nueve años por el científico indio Sugata Mitra. La conclusión del estudio es demoledora: Los niños pueden saltarse todo un ciclo escolar con el uso exclusivo de ordenadores e internet. Estamos ante el conocido proyecto de investigación denominado Hole in the wall o Agujero en el muro.

Invito a visionar el video de una de sus numerosas conferencias para que los posibles lectores de este Post conozcan dichas investigaciones y sus consecuencias pedagógicas. De esta menara, podré centrarme en lo que considero realmente importante y revolucionario en este discurso constante –y, en muchas ocasiones aburrido por que se dan palos de ciego- sobre la necesaria reforma educativa.

Los niños son capaces de organizar su propio aprendizaje. Necesitan pocos instrumentos para hacer factible esta realidad. Un ordenador, una conexión a internet y el trabajo cooperativo entre ellos. La figura del profesor brilla por su ausencia. Los niños aprenden haciendo –no escuchando a alguien- y ayudándose entre ellos –y no trabajando de manera aislada-.

Esta evidencia, contrastada científicamente por Sugata Mitra, posee una conexión clara con los presupuestos educativos esgrimidos por el psicólogo ruso Lev Vigotsky. La inteligencia se desarrolla por medio de herramientas que el niño encuentra en su entorno próximo. Con el uso de estas herramientas, el niño amplía  sus habilidades mentales. Herramientas y actividad posibilitan la interiorización de estructuras mentales más complejas.

Las herramientas posibilitan que el niño haga cosas, no sólo con su mente, sino también con sus manos, con su cuerpo; si el entorno no proporciona adecuadas herramientas, hagamos lo posible por proporcionarlas (un ordenador en un agujero de la pared)

Sinceramente, creo que Vigotsky jubiló intelectualmente, hace ya lustros,  las tesis de aprendizaje de Jean Piaget. Sin embargo, nuestra enseña sigue siendo tan  piagetiana que los niños se aburren en las aulas y, evidentemente, no aprenden.  

Supongamos que un niño es un vaso. El aprendizaje es el agua. El proceso de aprendizaje es llenar el vaso de agua. Estemos tranquilos. Es fácil. Es cuestión de coger el vaso (el niño) y ponerlo debajo del grifo. Abrirlo y esperar, sin más, a que el niño aprenda. Esto, en definitiva, es lo que nos dice Piaget.

Afortunadamente, lo que no consiguió Vigotsky lo conseguirán las Nuevas Tecnologías. El niño es, al mismo tiempo, el vaso, el agua y la acción de llenar el vaso con esa agua. Sugata Mitra debe ser tenido en cuenta.
¿El papel del profesor en todo esto? Debe ser la herramienta que posibilite el uso de esas herramientas tecnológicas que ya poseemos. Seguiremos en un próximo Post pero sirvan, por ahora, algunas reflexiones:

-Un profesor que plantee preguntas y no respuestas. Todas las respuestas están ya en la nube pero no así las preguntas oportunas. Cómo ejemplifica Sugata Mitra, no preguntemos cuánto mide la Torre Eiffel sino quién la construyó y por qué.

-Las Nuevas Tecnologías han abierto un nuevo paradigma de aprendizaje. La escuela, los profesores y los libros de texto siguen en el paradigma de enseñanza heredado de la Revolución Industrial.

-Las políticas educativas también se llevan su parte. Somos conscientes de este cambio de paradigma pero seguimos evaluando a los alumnos con pruebas de nivel propias de épocas pasadas: Selectividad, Pisa, etc. Conocer ya no es recordar como diría Platón. Para recordar, esta Google.

-Los cerebros de los niños actuales son cerebros interconectados a semejanza de la Red. La escuela sigue siendo unidireccional. Eso, además, implica, que los niños aprenden mejor en grupos de trabajo y no de manera individual.

-La escuela unidireccional (del profesor al alumno) no divierte. La mente de un niño está programada para que le guste hacer aquello que le hace disfrutar y no otra cosa. (Niño, ponte bien, cállate, estate quieto y atiende)

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