Thomas
Mann criticó con dureza –e igual vehemencia- a los intelectuales alemanes que
decidieron quedarse en la Alemania nazi. Denominar a esa realidad con el nombre
de exilio interior fue para Thomas Mann una manera –por
simplificar los argumentos- de justificar lo injustificable con una catalogación
pseudoética.
El gran
escritor alemán se equivoca pues las actitudes personales no pueden enjuiciarse
recurriendo a una etiqueta que nivele a todas las personas sin tener en cuenta la
intencionalidad –los fines- de sus acciones.
Hans
Fallada optó por el exilio interior. Desde el punto de vista
creativo, tal decisión nos ha brindado –ahora que Fallada se ha puesto, de
nuevo, de moda- una visión diferente del derrumbe moral, político y sociológico
que supuso el nazismo para Alemania y los alemanes.
En
mi país desconocido, creo que es un recorrido espeluznante sobre el deterioro
ético de las relaciones humanas –entre las personas desconocidas que tenían que
vivir sus vidas- en esta época nefasta de la historia.
En
un régimen de terror, el soplón surge como mecanismo represivo y de pánico. Nadie
se fía de nadie, La atmósfera es, así,
irrespirable. Los incautos como Fallada –nunca se planteó en su sana ingenuidad
si tenía amigos judíos; no clasificaba a las personas- sufrió de manera
indecible los zarpazos de los que querían, a toda costa, medrar en el régimen.
En
un régimen dictatorial, la creación artística es peligrosa y debe ser
censurada. Fallada libra una batalla interesante –nuevamente, ingenua- sobre
esa realidad.
Sin
duda –apuntémoslo por que la memoria no debe olvidar realidades- el holocausto
judío fue la encarnación del mal, sin precedentes ni consecuente en la historia.
En mi país desconocido, Fallada nos ofrece pinceladas –humanas, muy
humanas- de decenas de miles de personas que sufrieron la brutal represión de sus
vidas aunque no fueran, físicamente, eliminadas.
Estos
tres temas me parecen los más conseguidos en la propuesta de este En mi país
desconocido, escrito por Hans Fallada en 1944 cuando está encarcelado
y destrozado vitalmente. Su vida no fue fácil. También fue un desconocido para sí
mismo.
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