Jamal,
adolescente protagonista de Descubriendo a Forrester, es bueno jugando a
baloncesto. Igual de bueno es ocultando su verdadera pasión: escribir. Tiene dieciséis
años y es consciente de que siendo negro y viviendo en un barrio marginal de Nueva
York debe hacer lo que hacen todos –jugar al baloncesto, al menos- para ser aceptado
en un grupo. Escribir debe seguir siendo
una pasión secreta.
Todo
cambia cuando conoce a Forrester –Sean Connery- escritor ganador
de un Pulitzer que vive retirado del mundo. Jamal oculta su pasión
por escribir; Forrester se oculta de la vida. Entre los dos se establece
una relación de amistad que hace que esta película sea interesante.
Quisiera
centrarme en un aspecto marginal de la película que considero interesante. Jamal
es becado para estudiar en un centro educativo de élite. Es inteligente pero la
escuela se interesa por él por su gran nivel de baloncesto. Para los americanos,
ser primeros en los deportes es referente de calidad educativa.
Hasta
aquí todo bien. Jamal se aprovecha de la beca y la escuela de su habilidad
por encestar una bola. Todo muy americano. Sin embargo, el asunto adquirirá un cariz
dramático.
Jamal
es brillante en las clases. Esto levanta la envidia de su profesor de literatura. El profesor Crawford
es mediocre. El mediocre, si no es humilde, siempre intentará, tarde o temprano,
humillar al que no lo es o destruirle. El mediocre, además, siempre se rodea de
gente más mediocre que él. Para saber el por qué de este enfrentamiento, invito
a ver la película.
Un concurso
literario en la escuela. El trabajo presentado por Jamal es extraordinario.
Crawford no soporta que un alumno sea mejor que él. Urdirá contra el joven
una trama de plagio para poder, así, echarle de la escuela.
Al mismo
tiempo, se celebra el partido final de la liga de baloncesto. Jamal no rinde
lo suficiente pues la situación creada por Crawford le desorienta. En el
descanso del partido, un representante de la escuela ofrece a Jamal un acuerdo
vergonzante.
Que
el equipo gane el partido –es decir, Jamal juega bien- y archivamos el asunto
de Crawford. Importante aquí es indicar que nuestro joven no se defiende
de la acusación de plagio porque eso supondría tener que desvelar la existencia
de Forrester. Y el muchacho ha prometido a Forrester que no lo hará.
Instantes
finales del partido. Tiros libres. Lanzará Jamal. Si marca los dos tiros,
su equipo será campeón. ¿Qué hará Jamal?
Si encesta,
la escuela pensará que es un tramposo y que da por válido el vergonzoso trato. Crawford
gana. Si no encesta, perderá su equipo y el proceso de expulsión seguirá su curso.
Crawford gana de nuevo.
La cámara,
en esta escena, disuelve el dilema. Jamal ve a Crawford entre el público.
Pero, también, ve a su madre y su hermano. Decide fallar los dos tiros. ¿Por qué?
En un próximo Post hablaremos sobre la mente ética.
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