Los
pensamientos sin contenidos son vacíos; las intuiciones sin conceptos son
ciegas.
Es
llamativa la propuesta de Howard Gardner sobre la mente creativa.
Lo es porque afirma obviedades sobre el proceso creativo. Sin embargo, esas
obviedades son imprescindibles. El mérito, que las dice Gardner y se dan
por válidas.
Siempre
he sospechado del trabajo intelectual del que escribe pero apenas lee o del que
comenta un partido de fútbol y nunca se ha puesto un chándal para hacer
deporte. La creatividad necesita del dominio previo de la mente disciplinada.
Si no has estudiado años y años de
filosofía, por ejemplo, no puedes pretender encontrar la piedra filosofal.
La
célebre afirmación kantiana ya
recoge esta realidad. Si no sé dividir, no podré encontrar la solución de tal
problema (Los pensamientos sin contenidos son vacíos)
¿Por
qué será necesaria en el futuro –lo es ya porque el futuro cada vez es más
pasado- la mente creativa? Una de las características de nuestra
sociedad es que lo rutinario lo termina haciendo una máquina. Son más baratas
en el proceso de producción, no se quejan y pueden ser explotadas.
La
creación es un rompimiento de la rutina. Una máquina nunca será creativa. Los
trabajadores creativos –en cualquier marco laboral- tendrán más posibilidades
de afianzarse en sus trabajos; no
engrosarán así las ya abultadas cifras del paro.
Lo
mismo ocurre con las empresas. Pongamos un ejemplo. Ciertamente cualquier
producto que adquiera de Apple, se me quedará obsoleto en pocos meses. Eso es
así porque se nos incita a consumir. Pero sería un error menospreciar, con
escasas miras, el proceso de creación que esta empresa –o cualquier otra-
realiza constantemente para mantenerse en el candelero.
Otra
cuestión clave. ¿Cuándo se da un proceso creativo? ¿Es creativo un grafitero
que pinta en un espacio legal? ¿Es creativo un profesor que da sus clases
usando las Nuevas Tecnologías? La prueba de fuego es sencilla. ¿Ha
modificado -esa creación- de forma significativa el dominio en el que se actúa?
(Howard Gardner, Las cinco mentes del futuro)
El
adolescente que garabatea una pared porque así expresa lo que siente por
dentro, no crea. Ensucia. El profesor que pone constantemente videos en las
clases, no crea porque así no se aprende. Es un entretenedor de niños.
Tampoco
se puede pretender que la escuela sea un espacio creativo. Recordemos que la
creación necesita del dominio de las disciplinas. A la escuela se va a eso y sólo, más tarde, formar innovadores.
La
clave está fuera de los horarios lectivos y en manos, mayoritariamente, de los
padres. Es fundamental asegurarse de que los hijos tengan aficiones que no
conlleven una única respuesta concreta.
Por
ejemplo, el ajedrez. Y una pregunta para aclarar la propuesta. ¿Qué pieza vale
más en este juego? No hay una única respuesta. Depende de la posición. Por eso,
el ajedrez no sólo potencia la mente lógica y matemática. Posee un valor mucho
más preciado. Fomenta los procesos creativos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario