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jueves, 9 de agosto de 2012

La mente creativa


Los pensamientos sin contenidos son vacíos; las intuiciones sin conceptos son ciegas.

Es llamativa la propuesta de Howard Gardner sobre la mente creativa. Lo es porque afirma obviedades sobre el proceso creativo. Sin embargo, esas obviedades son imprescindibles. El mérito, que las dice Gardner y se dan por válidas. 

Siempre he sospechado del trabajo intelectual del que escribe pero apenas lee o del que comenta un partido de fútbol y nunca se ha puesto un chándal para hacer deporte. La creatividad necesita del dominio previo de la mente disciplinada. Si no has estudiado  años y años de filosofía, por ejemplo, no puedes pretender encontrar la piedra filosofal. 

La célebre  afirmación kantiana ya recoge esta realidad. Si no sé dividir, no podré encontrar la solución de tal problema (Los pensamientos sin contenidos son vacíos)

¿Por qué será necesaria en el futuro –lo es ya porque el futuro cada vez es más pasado- la mente creativa? Una de las características de nuestra sociedad es que lo rutinario lo termina haciendo una máquina. Son más baratas en el proceso de producción, no se quejan y pueden ser explotadas.

La creación es un rompimiento de la rutina. Una máquina nunca será creativa. Los trabajadores creativos –en cualquier marco laboral- tendrán más posibilidades de afianzarse  en sus trabajos; no engrosarán así las ya abultadas cifras del paro.

Lo mismo ocurre con las empresas. Pongamos un ejemplo. Ciertamente cualquier producto que adquiera de Apple, se me quedará obsoleto en pocos meses. Eso es así porque se nos incita a consumir. Pero sería un error menospreciar, con escasas miras, el proceso de creación que esta empresa –o cualquier otra- realiza constantemente para mantenerse en el candelero.


 

Otra cuestión clave. ¿Cuándo se da un proceso creativo? ¿Es creativo un grafitero que pinta en un espacio legal? ¿Es creativo un profesor que da sus clases usando las Nuevas Tecnologías? La prueba de fuego es sencilla. ¿Ha modificado -esa creación- de forma significativa el dominio en el que se actúa? (Howard Gardner, Las cinco mentes del futuro)

El adolescente que garabatea una pared porque así expresa lo que siente por dentro, no crea. Ensucia. El profesor que pone constantemente videos en las clases, no crea porque así no se aprende. Es un entretenedor de niños. 

Tampoco se puede pretender que la escuela sea un espacio creativo. Recordemos que la creación necesita del dominio de las disciplinas. A la escuela se va a eso y sólo, más tarde, formar innovadores.

La clave está fuera de los horarios lectivos y en manos, mayoritariamente, de los padres. Es fundamental asegurarse de que los hijos tengan aficiones que no conlleven una única respuesta concreta. 

Por ejemplo, el ajedrez. Y una pregunta para aclarar la propuesta. ¿Qué pieza vale más en este juego? No hay una única respuesta. Depende de la posición. Por eso, el ajedrez no sólo potencia la mente lógica y matemática. Posee un valor mucho más preciado. Fomenta los procesos creativos.

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