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domingo, 5 de agosto de 2012

La mente sintética


La mejor manera de dominar un laberinto  es verlo desde arriba. Es la única opción de aprehenderlo en su globalidad. Si se está dentro, la falta de globalidad da lugar a que uno se pierda.

La cantidad de información que nos llega, gracias a las Nuevas Tecnologías, hace los mismos efectos que un laberinto; pero, en esta ocasión, estos se producen en la mente. La cantidad de saber se duplica cada dos años. No es posible gestionar tal cantidad de conocimientos. La cantidad imposibilita una visión global. Y no otra cosa es el conocimiento.

Frente a la mente laberíntica que se pierde en nada, necesitamos con urgencia potenciar la mente sintética. Aquella que sea capaz de elaborar un todo coherente y unificado. Internet es laberíntico. La única manera de salir de tal laberinto es la síntesis.


Al modo cartesiano, Howard Gardner propone esta segunda mente –la primera es la mente disciplina- como necesidad urgente para las nuevas generaciones que quieran conquistar el futuro.

¿Cómo aprender a sintetizar si la información nos desborda y no es abarcable? Cuando un alumno tiene que realizar un trabajo, lo primero que hace es buscar en Internet. Con suerte, pinchará en los dos primeros enlaces propuestos. Luego, copiará y pegara la información. La síntesis brillará por su ausencia si en las escuelas se siguen mandando trabajos al estilo pre-internet.

Gardner propone diversos caminos, atajos, para aprender a sintetizar. La mente sintética es una brújula para la estructura laberíntica del saber. Son propuestas que posibilitan el ejercicio de pasar de la parte –trozos de información- al todo, es decir, el saber.

A saber: la narración, las taxonomías, los conceptos complejos, las reglas y aforismos, las metáforas, las expresiones sin palabras, las teorías y las metateorías. En un próximo Post, comentaré algunos de ellos.

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